miércoles, 18 de abril de 2012

simon rodriguez



            SIMÓN RODRÍGUEZ


 

            

 Síntesis biográfica:


 Caracas: 1771: (Miranda, Rodríguez, Bello y Bolívar)
Simón Narciso Carreño Rodríguez (28 de Octubre). SR.
1791: Maestro Cabildo de Caracas (Esc. Primeras Letras).
1794: Reflexiones críticas. Renuncia (Octubre, 1795)
1792- 1796.Maestro de Bolívar.

1797: abandona Caracas, por la Guaira: Samuel Robinson.
 1797-1823: viajero por Jamaica, EE.UU. Europa, M. Sacro: 1804.
 1823-1854: América Andina (Simón Rodríguez).

‘Sociedades AMERICANAS EN 1828’ (Arequipa)
1834-1840: Chile (‘Luces y virtudes sociales’: Concepción, 1834; 
Valparaíso, 1849). 1835: ‘Informe Terremoto de Concepción’.
Ñuble, Santiago (Andrés Bello) y Valparaíso:
1840-1854: Peru (‘Sociedades…’, 1842), Ecuador (Lacatunga), Colombia, muere en San Nicolas de Amotape (1854).










 Luces y anticipaciones sociales y pedagógicas.

 

         “Sólo reclamo la propiedad, ó séase, la anticipación de algunas ideas publicadas por otros. Mi jénio comunicativo…” (Luces y Virtudes Sociales, Concepción,1834, en Escritos…, 1954,  II: 72).

E. GALEANO: “Simón Rodríguez fue una de las revelaciones deslumbrantes. Pocos saben de él en Venezuela, donde nació; casi nadie en  los demás países latinoamericanos. En todo caso, se lo recuerda vagamente por haber sido el maestro de infancia de Simón Bolívar. Pero él fue el pensador más audaz de su tiempo en nuestras tierras, y un siglo y medio después sus palabras y sus actos parecen de la semana pasada. Lo tenían por loco, lo llamaban ‘el loco’. El increpaba a los dueños del poder, incapaces de creación,. Sólo capaces de importar ideas y mercancías de Europa y de los Estado Unidos: ‘Imiten la originalidad’.!, exhortaba, acusaba don Simón: ‘ ¡ Imiten la originalidad, ya que tratan de imitar todo! ‘. Y ese fue uno de sus dos imperdonables pecados: ser original. El otro: no ser militar” (1992: 50).

”Los bienhechores de la humanidad no nacen cuando empiezan a ver la luz, sino cuando empiezan a alumbrar por sí mismos”  (Escritos, I : 199).
           




Primer Maestro de América y primer reformador educacional.

 

Simón Narciso Rodríguez recibe a los 20 años (1791) su título docente, para plantear, a poco andar, su postulado de ‘Nueva Construcción’ de la Escuela de Primeras Letras de Caracas (‘Constituciones’, 1794), el cual mantuvo persistente y coherentemente a través de todo su magisterial ejercicio en la liberada faja andina, con inéditas vigencia y proyección durante más de dos siglos.

Pilares históricos han sido, respecto a la Enseñanza Primaria, entre otros consagrados por don Simón: a) condición estatal, pública, social, laica, gratuita y obligatoria; b) base ineludible del resto de los aprendizajes sistemáticos posteriores: “Piénsese en las funciones del maestro, en la Primera Escuela, y se verá que sigue virtualmente enseñando a aprender en las otras edades…allí empieza la vida de las relaciones con las cosas y con las personas; luego, la Primera Escuela es la escuela por antonomasia: las demás son aplicaciones de sus principios, para hacerlos trascendentales” (Escritos, IIII:13); la semántica aquí contenida es de denso contenido y proyección psicopedagógica; sin ingresar en la hermeneútica de su temprano enunciado de un ‘virtual enseñar a aprender; c) participación comunitaria escolar (‘Nuevo Establecimiento’), incluidos los Padres (‘relaciones entre los Representantes y la Escuela’), adjudicando al Maestro, en tanto profesional especialmente formado, moralmente idóneo y suficientemente rentado, el papel primordial en el proceso, en la metodología y en la dirección institucional. Para el informal legislador docente: “El título de Maestro no debe darse sino al que sabe enseñar, esto es, al que enseña a aprender no…al que manda aprender o indica lo que se ha de aprender, ni…al que aconseja que se aprenda” (O.C., I : 247); d) la importancia de las condiciones materiales y del apoyo logístico para la aplicación de las innovadoras metodologías prácticas (léase locales aseados y cómodos, mobiliario adecuado y funcional, talleres e instrumentos, etc.). Decía que “la enseñanza no debe alojarse en salitas, ni en cuartejos. Deben construírseles edificios, y surtir de los instrumentos necesarios las salas” (Escritos, II: 313).
: “Bien merecen los dueños del país, los que mantienen al Gobierno y la Iglesia con su dinero y a los particulares con su trabajo, que enseñen a sus hijos a hablar, a escribir, a llevar cuentas y a tratar con decencia…” (O.C., II: 6).

Según AMUNÁTEGUI, tres fueron las ideas-fuerza que sostienen su proyectado sistema educativo: “Dirección esclusiva de la educación por el gobierno; Educación jeneral, uniforme y forzosa para todos; Educación simultáneamente moral e industrial que perfeccionen el alma y el cuerpo y dén alimento al espíritu i al estómago” (1896: 302). Cierra su biografía, afirmando que, por entonces, era Chile el país en el cual más se habían concretado las ideas del avizor pedagogo.

 

 El Primer Educador de la América Andina, quien la recorriera íntegra, oficiando el ‘rol docente’ en todos los países (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile) del llamado ‘Convenio Andrés Bello’ (1970), el  que, con mayor propiedad, debería ostentar su nombre. Con el agregado de que, como si fuese poco, también caminó y ofició en gran parte de los países europeos (Francia, Italia, Austria, Alemania, Prusia, Polonia, Rusia, Inglaterra …), conjugando aprendizaje-enseñanza y teoría-práctica. Prioritariamente, caminando. “Ningún americano actuó tal-vez en la pasada centuria en un escenario más vasto que don Simón Rodríguez, dejando por doquier la huella de su genio excéntrico y original, una tan movediza existencia como la suya” (DONOSO: 43).


 Ejercitador y Propulsor  de Roles Sociales y Oficios Múltiples, en forma colateral y complementaria a su central profesión docente. En tal sentido es, también, personaje inédito en los anales de nuestra historia pedagógica andina. El abanico de roles desempeñados cubren tanto niveles sociales como oficios prácticos. Según lo bautizara L. Vendel-Heil, pasa por ser el ‘Primer Socialista de América’, lo cual es avalado por la propia auto-confesión de ‘haber asistido a juntas secretas socialistas en Europa’ y por su identificación como ‘amigo de la causa social’. Pero, tal juicio también es afirmado por LASTARRIA y respaldado por AMUNÁTEGUI: “Muchos de los socialistas modernos han emitido ideas cuya prioridad pudiera vindicar el pensador americano” (1896: 228), y ratificado por DONOSO, quien dice que todo “hace de él el primer sostenedor y propagandista de las ideas socialistas en América” (1936: 44). En el rubro ocupacional, resulta difícil elaborar un catastro de los diversos quehaceres y oficios que desempeñara: maestro-Director (en Caracas, Francia, Inglaterra y Rusia (Idiomas), Bogotá, Chuquisaca, Concepción, Valparaíso, Lima, Túquerres, Latacunga…); obrero gráfico (Estados Unidos); químico industrial (Europa); geo-físico (Concepción); Periodista (Valparaíso, Lima, Bogotá); Escritor (Perú, Chile); molinero; abastero; agricultor; fabricante de ladrillos, adobes, velas y utensilios domésticos variados.

J.A. Cova, en la Introducción de la edición facsimilar (caraqueña), de Sociedades…señala: “A más de maestro de escuela fue historiador, naturalista, filósofo, impresor, matemático, revolucionario, políglota, socialista, filólogo y viajero universal”  (1950). Agregaríamos: ecologista, humanista, indigenista, defensor de los Derechos Humanos, democratista, cientificista, Educador popular y Emancipador integral (político, económico, cultural) de ‘Nuestra América’ (MARTÍ).

Junto a tal despliegue de roles sociales y ocupacionales , don Simón fue un visionario en cuanto a la necesidad de ‘instruir’ a los niños, los futuros ciudadanos de las Repúblicas, en trabajos útiles, enseñándoles una industria que asegure su subsistencia y, por añadidura, la de sus propias colectividades.




           
             Anticipaciones en el área comunicacional.

En el campo de la comunicación escrita es claro su aporte innovador. El espacio debe ser funcional a la idea, y los mensajes deben adecuarse al objetivo comunicacional, lo que distinguirá su estilo escrito (‘para dar a los pensamientos el espíritu que le es propio’), ya que, según él, en el papel deben ‘dibujarse’ los pensamientos (‘diagramado topográfico’), en el modelo de las pautas musicales AMUNÁTEGUI, resume de esta manera el estilo utilizado: “Adoptar con el discurso escrito el mismo sistema que se sigue en la música (llaves, puntos suspensivos, tipos diversos por la forma i el tamaño i de renglones seguidos o cortados…Los escritos de don Simón Rodríguez parecen cuadros sinópticos, o materializando más la espresión, parecen simples cimientos sobre los cuales falta todavía que levantar el edificio respectivo” (1896: 272 y ss.). Este intento de ‘escribir pintando’, como pautando los signos en partitura musical, sintetizando, jerarquizando y enlazando gráficamente las ideas-claves, para que ellas sean mejor focalizadas y comprendidas por el lector, tantas veces tan criticado al escritor, cuenta hoy con el respaldo de actualísimas teoría comunicacionales, como la de M. MacLuhan (RUMAZZO, 536), y en alto grado, constituye la prefiguración de los dispositivos didácticos pomposamente llamados ‘mapas conceptuales’.

En la propuesta didáctica de J.D. NOVAK (1988) se presenta el ‘mapa conceptual’ como un recurso esquemático para representar un conjunto de referentes conceptuales, o relaciones esenciales y jerárquicas entre conceptos, que ayuda a ‘compartir’ los significados. Equivale a un ‘diagrama de ideas’, organizado gráficamente, cuya intención es focalizar la atención del lector (profesor y alumno). Como vemos, tan novedoso ‘dispositivo pedagógico’, ya había sido ideado y practicado, hace 160 años, por el Maestro andino.      Sus mensajes pedagógicos orales constituyeron, paralelamente, otro capítulo de inusitada originalidad, envueltos en un halo de histrionismo que incluía lo mímico y pantomímico, el gesto, involucrando no sólo al Maestro, también al grupo-curso de discípulos. Así lo describen enseñando anatomía en vivo y en directo, vía su propio cuerpo, o utilizando las manos entrelazadas de los estudiantes, tablas de madera pintadas y utensilios caseros, para inducir el aprendizaje del alfabeto, del número, de las fracciones o del cálculo. Junto al verbo, eran frecuentes los concomitantes proxémicos, kinésicos y paralingûísticos en sus diálogos, tal como los ha incorporado la actual Psicología de la comunicación-no verbal. Hay aún más y bastante asombroso. El ‘Prólogo Galeato’ de sus Luces y Virtudes Sociales (1834) lo inicia con el siguiente párrafo:

“No hay libro absolutamente bueno ni absolutamente malo para todos. El gusto, las opiniones del lector, y el estado de sus conocimientos, influyen en la suerte de las obras; por más que la verdad las recomiende, ó las circunstancias las protejan – por más contrarias que sean á los intereses del fuerte, ú opuestas a las ideas reinantes”. (pag. 4 del original, en Escritos, II: 74).

Una vez más, anticipándose en décadas a los sesudos ‘Análisis del Discurso – sobre el discurso’ en boga y a los claros desarrollos orteguianos sobre el tema del ‘leer’, don Simón ha calado aquí a fondo en la relación ‘lector-autor’, revelando una perspicacia y sabiduría psico-social (comunicacional), que sólo un siglo después viene a alumbrar el profundo S. FREUD, en términos psico-dinámicos:

“Pero sucede que, desgraciadamente, pocas veces se es imparcial cuando se trata de las últimas causas, de los grandes problemas de la ciencia y de la vida. A mi juicio, todo individuo es dominado en estas cuestiones por preferencias íntimas, profundamente arraigadas que influyen, sin que el sujeto se de cuenta, en la marcha de su reflexión” (O.C., 1967, V. 1:1123).

Habría que decir, pues, que el sencillo texto simoneano es ya preludio de ‘psico-sociología del conocimiento’, temprana advertencia de corte ‘epistemológico’ sobre el leer, el asimilar y el juzgar.









           
Precursor de la Escuela Activa en América Latina.



 J.E. PESTALOZZI (1746-1827), el pedagogo suizo, era la máxima    figura de los metodólogos reformistas en la Europa visitada por el disfrazado Robinson, y seguramenre recibió su influencia durante sus viajes.

En América Latina tuvo y tiene enorme vigencia la llamada Escuela Activa, de J. DEWEY. El conjunto de ideas-fuerza y de principios que sustenta este Educador se pueden resumir en su concepción de que la Educación debe ser:  a) función vital y social-humanista ; b) democrática, laica, estatal, no-discriminatoria y participativa; c) científica, inductiva y experimental; d) activa, afincada en la experiencia concreta (‘aprender haciendo’); e) inmanente en sus fines, y f) basada en el profesional docente. (BOWEN, 1996: 163). No cabe duda de que, en su matriz conceptual y en su intención práctica, esta doctrina ya había sido claramente descrita e implementada por don Simón en sus culturizantes andanzas por los Andes. Aunque la Historia Oficial y la galopante ‘modernización educacional’ que se ha impuesto sobre nuestras naciones, no han rescatado ni asumido tan digno y previsor rol desempeñado por Don Simón Rodríguez, sí han habido voces que lo han defendido y retenido para la memoria colectiva de nuestros pueblos.

        “Nada más injenioso, nada más lójico, nada más atractivo que su método; es en este jénero otro Pestalozzi, que tiene como éste la pasión y el jenio de la enseñanza” (AMUNÁTEGUI: 235).
        “con métodos que antecedían a la Pedagogìa de hoy” (PICÓN-SALAS: 215).
        “Don Simón era un hábil pedagogo, genial en presentar nuevas ideas que lo hacen precursor de la Escuela Activa que aún inspira a pesar de más de un siglo de antigûedad, a la pedagogía contemporánea. Los educadores modernos, pueden decir sin hipérbole, que le sobra originalidad respecto a Pestalozzi, al argentino Sarmiento, al europeo Ferrier, al antillano Hostos, al norteamericano Dewey” (ALVAREZ: 180). Más adelante reitera: “Con más de un siglo de anticipación visionó la escuela activa y preconizó métodos y estudios que muchos rechazaron con alarma y burla, pero no lograron doblegar su optimismo de vivir en República bajo el lema de ‘Luces y Virtudes Sociales’, convirtiéndose en un símbolo de América porque su nombre entra en el grupo de los grandes por el pensamiento y la obra” (295).
        “Sus enseñanzas eliminaron los distingos de clases sociales o económicas, al fusionar de hecho instrucción, educación y aprendizaje de oficios: buscó un sentido social de la escuela”  (RUMAZZO, 1993: 518).


   Anticipaciones y proyecciones diacrónicas.

 

Sobre inter-acción dialéctica : “No hai facultades independientes / siendo así / no hay facultad propia / que pueda ejercerse sin el concurso / de facultades ajenas” (Escritos, II: 124). La significación de este texto trasciende espacios y tiempos, anticipando modelos posteriores tan decisivos como los propuestos por PIAGET (1970) o FREIRE (1996); por ello aquí sólo mostraremos una de tales inter-textualidades, la que se evidencia en la llamada ‘Ley de doble formación’ de L.S. VYGOTSKI, así expresada:

“ Un proceso interpersonal queda transformado en otro intrapersonal. En el desarrollo cultural del niño, toda función aparece dos veces: primero, a nivel social, y más tarde,a nivel individual; primero, entre personas (interpsicológica), y después, en el interior del propio niño (intrapsicológica). Esto puede aplicarse  igualmente a la atención voluntaria, a la memoria lógica y a la formación de conceptos. Todas las funciones superiores se originan como relaciones entre los seres humanos..La internalización de las formas culturales de conducta implica la reconstrucción de la actividad psicológica en base a las operaciones con signos...es  el rasgo distintivo de la psicología humana, la base del salto cualitativo de la psicología animal a la humana” (1988: 94).

Estamos ciertos de que esta perspectiva epistemológica genético-cultural, que adscribe, además, a la escuela el papel de ’bisagra psico-social’, hubiese sido acogida y desarrollada, con la correspondiente crítica y adecuación, por el maestro andino, en tanto confirma los suyos respecto a la ‘sociabilidad’ y a la decisiva importancia de la Educación y del Profesor en la configuración del ‘ciudadano’.
       
Sobre Educación Pública y  Mercado.

        “La Instrucción debe ser Nacional- no está á la elección de los discípulos, ni á a la de los padres –, no darse en desorden, de priesa, ni en abreviatura, los discípulos no se han de distinguir por lo que pagan ni por lo que los padres valen…” (Escritos, II: 112). “Jeneralizar lstrucción, y asumir el Gobierno las funciones de Padre común de la Educación, es una necesidad de nuestro siglo, como se ha manifestado la necesidad de la VACUNA” (Id.: 139).

          “Las cosas en el Estado Social, no son propiedad de uno, sino por el consentimiento de todos” (Id.:125); “Sin luces no hay virtudes” (Id.: 178); “El BIEN SOCIAL depende del SABER” (id.: 228); “Hacer negocio con la EDUCACIÖN es…diga cada lector todo lo malo que pueda / todavía le quedará mucho por decir…/ Los conocimientos son Propiedad Pública, puede renunciarla una jeneración, pero nó privar de ella a las siguientes” (Id.: 230).

Estamos ciertos que el esclarecido Maestro se habría enfrentado hoy, con todos sus bríos, contra  la galopante mercantilización que, desde el Banco Mundial y otros organismos transnacionales, se ha dictaminado para regular nuestros cada vez más disgregados ‘sistemas’ educativos nacionales. Sus asertos tienen, para nosotros, tanto validez político-educativa como ético-social.

    Sobre educación ciudadana integral (u holística):

        “Piénsese en las cualidades que constituye la Sociabilidad, y se verá que los hombres deben prepararse al goce de la ciudadanía, con 4 especies de conocimiento: instrucción social: para hacer una nación prudente; corporal: para hacerla fuerte; técnica: para hacerla experta; científica: para hacerla pensadora” ( Escritos, II, 1178).
La concepción planteada no se queda en lo meramente individual, como habitualmente predican las tesis holísticas, sustentadoras del ‘desarrollo personal’, enmarcadas en la ideología egotista y competitiva neo-liberal. Formación integral, pero hilvanada en el tejido social, teniendo como objetivo central ‘la formación de ciudadanos’, preparados para vivir en una sociedad democrática, económicamente sustentable y autónoma,

Sobre los Pobres:

        “Todos huyen de los Pobres / los desprecian o los maltratan / Alguien ha de pedir la palabra por ellos” (Id.: 191); “Porque, en vida de Bolívar, pude ser lo que hubiera querido, sin salir de la esfera de mis aptitudes. Lo único que le pedí fue que se me entregase, de los Cholos más pobres, los más despreciados, para irme con ellos a los desiertos del Alto-Perú – con el loco intento de probar. Que los hombres pueden vivir como Dios manda que vivan…El Redentor pedía Párvulos para enseñarlos..” (Id.: 349).

El compromiso vital y humanista-social cumplido con tan dignificante consecuencia por el Maestro, implica un importante precedente de otras notables e igualmente dignas y coherentes actuaciones de grupos y figuras latinoamericanas posteriores; cuyas voces y actuaciones se han alzado en defensa y reivindicación del Derecho de los pobres en América Latina: los eventos de Medellín (1968) y Puebla (1979), asumiendo la ‘opción preferencial por los pobres’; la tierna firmeza de Gabriela Mistral; los ensayos de José Carlos Mariátegui; los combates del Che Guevara; el verso heredero de Pablo Neruda; la Homilía y la vida del paladín de ‘los sin voz’, Monseñor Oscar A. Romero, en fin, la pedagogía de la Libertad y de la Esperanza, preconizada por el Educador Pablo Freire.
       

 Sobre la especialización y la ética social:

        “Instruir no es educar: ni la Instrucción puede ser un equivalente de la Educación, aunque instruyendo se eduque. En prueba de que con acumular conocimientos, extraños al arte de vivir, nada se ha hecho para formar la conducta social – véanse los muchísimos sabios mal criados, que pueblan el país de las ciencias”  (Id.: 107).

Junto con antagonizar al método lancasteriano, por considerarlo periférico y ‘un disparate’, el filósofo educacional ahonda aquí en un tema crítico en nuestros días. La mera acumulación de conocimientos y de tecnologías, sin un soporte formativo humanista-social, no garantiza una adecuada conducta ética; el peligro de la especialización, en el modo de la razón instrumental y tecnocrática, constituye - cada vez más - uno de los problemas centrales de la formación científica y profesional en el área de la Educación Superior y de la conducción política de nuestras Naciones. El ojo avizor del Maestro de América, ‘a través de la noche de América con su mirada mira’, diría nuestro Pablo Neruda.

Sobre tradición, etología y aprendizaje socio-comunicacional:

        “La tradición es utilísima en Ciencias, y de absoluta necesidad en muchas artes. El único medio de trasmitir la expresión en la música, en el baile, en la representación teatral, en la oratoria y en la Enseñanza, es la tradición--- no hay demostración, no hay signo que supla por los modales---el ademán, el jesto, las inflexiones de la voz, no pueden remitirse. Pero, en costumbres, la tradición es un gran mal...” (Id.: 118); “la razón de las Instituciones se hallan en su suelo, en la índole de sus gentes, en el estado de sus costumbres y en el de los conocimientos con que deben contar” (Escritos. II: 182)”.

En la medida en que ‘el hombre es maestro del hombre’, y los logros culturales aseguran su continuidad en la tierra, la Tradición conservada por las generaciones anteriores permiten la comunicación verbal y no-verbal, muy particularmente la principal y humanizante función semiótica que es el Lenguaje, pero también el juego,  las Artes y la Educación. La Etología sostiene la dialéctica inter-relación entre la programación genética y el aprendizaje, que conlleva a la necesaria preservación de ciertos rasgos histórico-antropológicos, como los postulados ‘arquetípos’ junguianos, por ejemplo. “La consecuencia fundamental de la comunicación verbal fue una inmensa consolidación de la tradición a través de la cantidad de información, especialmente con relación a la perpetuación de los conocimientos” (LORENZ, 1986: 303). La reforma postulada por Don Simón, razonablemente defiende el cuidado y mantención de tales dimensiones de la ‘mentalidad o memoria colectiva’ pero, en la dimensión de los comportamientos ideologizados, de las conductas sociales reproductoras del poder oficializado,  de las ‘costumbres’ que atentan contra la dignidad del hombre y de los pueblos, él está por cambios rotundos y profundos, autopercibiéndose ‘como el primero que propuso en su tiempo, medios seguros de reformar las costumbres para evitar revoluciones, empezando por la economía social, con una educación popular’. Con este señalamiento autopredicado, don Simón nos trasmite la clara conciencia que tenía de su pionero y trascendente rol político-educacional en nuestra América, resumiendo magistralmente todo lo suyo y pidiéndonos que así lo comprendamos y lo declaremos ‘para la posteridad’.

En un plano continental, la ‘diferencialidad’ de nuestra América fue consignada, desde el inicio, por los cronistas, y luego, por los criollos primeros, SIMÓN BOLÍVAR y, como vimos, por este nuestro SIMÓN RODRÍGUEZ, lectores de ‘El espíritu de las leyes’ de Montesquieu. Ambos coinciden, una vez más, en relevar aspectos propios tales como ‘el carácter, las costumbres, el suelo, las luces actuales’ que conceden a nuestras Repúblicas, tanto homogeneidades (‘origen, lengua, costumbres, religión’) como heterogeneidades (‘climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, características desemejantes’), como escribiera el Libertador en su ‘Carta de Jamaica’, en 1815. Ellos insistieron en afirmar lo común e idiosincrático, para construir el ‘espíritu nacional’ de la Patria Grande, conviniendo en que “El sistema de Gobierno más perfecto es aquel que produce la mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política” (BOLÍVAR, 1969: 104). Don Simón siempre tuvo en consideración “las necesidades y factores reales de nuestra América, en función de afirmar y fortalecer una identidad diferenciada” (OSORIO, 1994: 10). Esta focalización sistémica en lo etológico, en lo ecológico natural y en lo educativo, inaugurados por los Simones venezolanos como basamentos identitarios psico-sociales y culturales de América Latina, ha ocupado recurrentemente a nuestros principales artistas y pensadores: por ejemplo, ensayistas como E. Echeverría, D. F. Sarmiento, J. Martí, M. Ugarte, A. Reyes, J.C. Mariátegui, M. Briceño-Iragorry, M. Picón Salas o E. Galeano, entre ellos, y poetas como G. Mistral, C. Vallejos, A. E. Blanco, P. Neruda, R. Dalton o E. Cardenal, entre otros.  No menos troquelante y expresiva es la impronta y proyección que han impreso a nuestra cultura notables novelistas, pintores, ceramistas, cantautores, folcloristas y cientistas sociales.


Sobre Ecología:

        “Si Chile no coarta, por un Reglamento bien entendido, la facultad ilimitada de quemar bosques, se verá privado del beneficio de las fábricas que se sirven del fuego: un país no prospera sin ellas, y Chile es angosto…muchos de los árboles que se destruyen necesitan 80 o 100 años para reponerse” ( Id.: 263).

En el ámbito ecológico fue nuestro Simón RODRÏGUEZ un esclarecido pionero. ‘Amigo de la naturaleza’ lo invoca su discípulo, con quien la caminara por dos Continentes, aprendiendo de ella y admirándola. Aunque sus cuentos y sentencias, con sabor agrario y vegetal, riegan los entreverados surcos de su escritura, es en dos de sus obras en donde  el tema ecológico se convierte en central (ambas hechas por encargo, involucrando sendos ríos: el Vincocaya, en Arequipa, y el Bío-Bío, en Concepción). En ellas coloca su sello lexical, a base de cuadros sinópticos y esquemas eidéticos: sus ‘diagramas topográficos’. Resulta impresionante constatar la pertinencia de tal estilo comunicativo,  precisamente al tratar temáticas geo-ecológicas, ya que el llamado ‘mapa cognitivo’ representa hoy un dispositivo privilegiado en la Psicología ambiental y ciencias del medio: “los mapas cognitivos han tenido mucha resonancia para el conocimiento espacial o ambiental y cuando se trata de analizar el conocimiento que se tiene del entorno físico o geográfico” (ONTORIA, 1996: 48). Porque de tal índole fueron las tareas que cumplió entonces don Simón, y tales ‘mapas cognitivos y conceptuales’ fueron, de hecho, los instrumentos que utilizara para comunicarlas.
          En su primer Informe (1830), hace gala de sus conocimientos ‘naturales’, utilizando metodología cuanti-cualitativa, resaltando la importancia del agua para la economía rural y para la cultura regional (incluida la distracción y el recreo). Sus conclusiones, como era su personal sello, se extrapolan hacia la situación global de las Repúblicas amerindianas:

“Una revolución política pide una revolución económica…si los americanos quieren que la revolución política que de las cosas han hecho, y que las circunstancias han protegido les traiga verdadero bien, hagan una revolución económica, empiécenla por los campos – de ellos pasarán á los talleres de pocas artes que tienen – y diariamente notarán mejoras, que nunca habrían conseguido empezando por las ciudades… SOCIEDAD ECONÓMICA / ESCUELA DE AGRICULTURA /  ESTABLECIMIENTO DE ALUMNOS… Busquen hilos de agua / ellos les darán con qué/ beneficiar gruesas vetas de metal” (Escritos, II, 65).

Los conceptos alusivos a una ‘economía sustentable’, a la índole agraria y minera del Bajo-Perú, a la necesidad de asociación, de preparación y asesoría técnica para mejorar la producción y calidad de vida de Arequipa, más aún expuestos en su singular modalidad lexicográfica, hacen de estas ‘Observaciones sobre el terreno de Vincocaya / con respecto a la Empresa de desviar el curso natural de sus Aguas y conducirlas por el Río ZUMBAI al de AREQUIPA’, un documento señero y único en su género, antes de esa fecha, en nuestra comunidad andina.

Su ‘Informe presentado a la Intendencia de la provincia de Concepción de Chile…para reconocer la ciudad y sus cercanías después del terremoto de 20 de Febrero de 1835’ (Escritos, II: 237 y ss.), recicla la matriz analítica geo-física, la metodología observacional y basada en medidas, así como la factura expresiva, ya ensayadas en Arequipa. También contiene múltiples alcances sobre la naturaleza (volcánica) del lugar y recomendaciones para aprovechar los ríos y caminos en pro del desarrollo regional (regadío, asentamientos, comunicaciones). El texto abunda en descripciones y razones de índole física, geográfica, económica y ecológica para apoyar sus proposiciones preventivas y conclusiones prácticas. Todo ello en el contexto explícito de un marco de referencia eco-sistémico, inédito para aquellos espacios y tiempos, y con unas demostradas pericia y responsabilidad no menos inéditas para entonces.


Sobre Pedagogía crítica:

        “Pierden los niños el tiempo / leyendo sin boca y sin sentido / pintando sin mano y sin dibujo / calculando sin extensión y sin número. La enseñanza se reduce á fastidiarlos / diciéndoles, á cada instante y por años enteros,/ así---así---así y siempre así / sin hacerles entender/ por qué ni con qué fin…no ejercitan la facultad de pensar, y / se les deja o se les hace / viciar la lengua y la mano que son…los dotes más preciosos del hombre…No hay Interés, donde no se entrevé el fin de la acción… Lo que no se hace sentir no se entiende, y lo que no se entiende no interesa…Llamar, captar y fijar / la atención / son las tres partes / del arte de enseñar, y nó todos los maestros sobresalen en las tres… (esto) va para los Padres por nacer (=niños, L.R.)” (Escritos, II: 210).

Los principios psicopedagógicos aquí involucrados, atingentes a  enfoques tanto cognitivo-constructivistas como motivacionales, son múltiples y de enorme vigencia en la educación actual. El rechazo del Maestro al ejercicio meramente memorístico, mecánico y repetitivo, como método educativo, ha sido posteriormente respaldado por notables psicólogos contemporáneos, entre ellos:  A. MASLOW (‘escala de necesidades, o motivaciones’, 1970), D. AUSUBEL                   (‘aprendizaje verbal significativo’, 1989) y J.D. NOVAK (‘aprender a aprender, en forma compartida, por la vía de los mapas conceptuales’, 1988). Sólo con la muestra del tecno-lenguaje utilizado en este notable párrafo (Valparaíso, 1840), consideramos que nuestro criollo Simón RODRÍGUEZ,  se consagra como el PRIMER PSICÓLOGO EDUCACIONAL, si nó de América Latina sí, con toda seguridad, de la nación chilena. 
   Dado su polifacético bagaje ideológico, ético y práctico, resulta difícil enmarcarlo en o rotularlo a través de algunos de los modelos psicopedagógicos vigentes en esta década finisecular; sin embargo, sí podríamos adjetivar su Obra – en tanto visión anticipatoria – con algunas de las características más relevantes que los connotan: humanistasistémica, comunicacional, interactiva simbólica, dialéctica y crítica. Correlativamente, diríamos que sus diseños e implementaciones curriculares participaban principalmente de los enfoques denominados: humanista, cognitivo y crítico.

Pero, más allá de esta dialéctica y sinérgica conjunción, como si no se conformase con tales futuristas atribuciones, el autor de Sociedades Americanas, somete a la creatividad y a la crítica toda su Obra, como forma experimental, para los docentes que se inician en las tareas pedagógicas. En tal sentido, ya no sólo predica una pedagogía CRÍTICA sino que la practica y la somete a la práctica y evaluación de sus pares, en una actitud que es, sencillamente, PARADIGMÁTICA:
           
“La Jeneración presente /debe leer esta Obra para criticarla / La que empieza su carrera / debe hacerse cargo del plan, para / EJECUTARLO en calidad de ENSAYO” ( Escritos, II: 216).

“Sólo pido a mis contemporáneos una declaración que me recomiende a la posteridad como el primero que propuso, en su tiempo, medios seguros de reformar las costumbres para evitar revoluciones, empezando por la economía social, con una educación popular” (Sociedades americanas en 1828, Lima, 1842).





                        

DON ANDRÉS BELLO (1781-1865)  Y  DON SIMÓN RODRÍGUEZ (1771-1854)
Caraqueños, Maestros de Bolívar, con encuentros en Caracas, Londres (1821) y Santiago (1838), longevos (84 y 83 años, muertos lejos de la patria chica), prolíficos, autodidactas, fundadores-emancipadores culturales en América andina

Añorante de Caracas                    Amnésico de Caracas

Monarquista a republicano                             siempre republicano-democratista
Legislador- Ed. Superior (U. De Chile)          Educación Primaria y Popular
Casado 2 veces con inglesas (13)                 Polígamo, con latinoamericanas (n)
Hispanófilo-defensor del castellano              defensor de lo aborigen (vida, idioma
Destrucción cultura-lengua mapuche                      y cultura indígena).
Pro colonización extranjera                             pro auto-colonización (instrucción)
Propiciador método Lancaster                        crítico del sistema Lancaster
Colaborador oficialista -‘los de arriba’                       antisistema – ‘los de abajo’.
Sedentario-citadino-ecuánime                                   nómade-rebelde-libérrimo
Maestro de políticos chilenos                          Precursor socialismo chileno (varios)

MARIANO PICÓN-SALAS: “Es nuestro Simón Rodríguez el más revolucionario y el más americano de los pensadores…con métodos que antecedían a la Pedagogía de hoy… Bello, en el fondo lo comprendía…pero cuyo armonioso equilibrio no podía sino defenderse de todo lo inusitado, recóndito y demoníaco que había en aquel Quijote-pedagogo” (O.S., 1962: 215). El peruano L.A. SÁNCHEZ, al comparar a ambos Maestros del Libertador, con agudeza señala que, de no mediar don Simón, “acaso la sosegada y emoliente influencia del precozmente sagaz Andrés Bello, había contribuido más a entibiar los ardores del joven Bolívar” (1973: 227).
       ¿ Cuál fue la verdadera relación entre ambos? ¿Por qué ninguno se refirió al otro ni en escritos ni en cartas? ¿ Porqué don Andrés no ayudó a su paisano en Chile?. Son algunos de los enigmas de nuestros complementarios Maestros de América.



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